Wednesday, February 27, 2019

Una Reunión

(Carta publicada originalmente el miércoles 27 de febrero de 2013)

La hora de reunión, la de improvisto, la menos esperada. ¿El lugar? Cualquier aposento de la soledad. Cuando esperas una gran ausencia en la reunión, todos asisten, o como dicen popularmente: éramos muchos y parió la abuela. Esto son los pergaminos de la reunión que sostuve con mis errores. 


Mis errores no faltaron, fueron puntuales con esta reunión que suele suceder cuando la nostalgia invade o cuando el que hubiese hecho disputa con la razón. Todos se sentaron, uno tras otro, recordando lo que sucedió, cuándo sucedió y porqué sucedió. Son los momentos en los que el orgullo gobierna, situaciones donde la ira resuelve, circunstancias en las que uno se aleja o hace que los otros se alejen, instantes en los que uno hiere porque no sabe qué hacer.


Los errores o aquellos momentos en los que uno pierde o deja ir a un ser querido, momentos en los que uno huye, momentos en los que uno teme y realiza la peor acción. Es así como uno al paso del tiempo ve de lejos, aún en el mismo país, a gente con la que compartió, gente con la que se disfrutó de un puñado de buenos años. Un poco de tristeza, un poco de alegría, un poco esperanza. 


Un poco de tristeza porque ya uno no es presente, o aquellos dejaron de ser presente en la vida de uno. Algunos sumando grandes logros y alegrías, uno que va avanzando en la vida, pero historias que tristemente avanzan por caminos diferentes.


Un poco de alegría, porque uno no puede más que desear el bien a los demás, inclusive aquellos que por una situación, la que fuese, ahora son de los que uno evita en lo posible. A pesar de la gran brecha, a pesar de que tal vez no haya reencuentro, la buena vibra debe ser una autopista de ida y vuelta, de corazón, del alma, de verdad. 


Un poco de esperanza, porque si hubo cariño, si hubo aprecio, si hubo sentimiento el camino del reencuentro es más fácil. Los errores son esos, circunstancias en las que nos equivocamos y no hicimos lo que nuestro querer siempre supo hacer. La esperanza de volverse a ver es la misma que de despertarnos cada día.


Desde esta humilde tribuna va mi palabra de afecto a todos los que habiendo compartido un buen rato de la vida estamos separados por una infinita brecha de orgullo y miedo. Probablemente me equivoqué y pido perdón por ello. No es un perdón cualquier es un perdón que significa te quiero. 



Si ven estas letras oportunas para gente de su afecto que ya no ve, ya no contacta, úsenlas. No hay mayor felicidad que entre tantos intentos de separación, algunos en la humanidad hacen lo posible por reencontrarse.


Se termina la reunión, mis errores siguen siendo mis errores, pero tras ellos viene el porvenir, el gesto cierto que cada segundo que viene podremos reencontrarnos con quien queramos, empezando por nosotros mismos. En la esperanza está el gusto. 

Mi agradecimiento por vuestro tiempo, mi agradecimiento por vuestras vidas, mi agradecimiento por vuestra esperanza. Con el cariño de siempre: Pura Vida y Próxima estAción esperanZa! 

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