Nos conectamos más y nos comunicamos menos. Desde siempre hemos tenido terror cuando vamos a comunicar algo y aquello genere rechazo. Antes de las redes, eran noticas, cartas, manifestaciones a la vieja usanza que transmitían cualquiera fuera el sentimiento: Te quiero, te quiero y quiero algo más, te quiero pero no aguanto mas, te quiero y no sé. Entre muchas tantas otras...
Llegaron las redes y cuando pensábamos que la comunicación sería más directa, el caso es contrario. Aunque estamos hiperconectados, las comunicaciones actuales son tensas, mínimas, las necesarias. En vez de decir te quiero, decimos que algo nos gusta porque así creemos que aquello comunicará algo más. Lo mismo cuando no nos gusta algo, aquello en las redes es medio mal visto, por lo que se deja a libre albedrío que las personas asuman el significado cuando una publicación no gusta, no atrae.
Será que la parte digital del cerebro, claramente peleado con la parte digital del corazón, da la orden de que hagamos tal o cual cosa: Usted no debe desnudar sus afectos a los demás o usted no debe indicar que no siente tal afecto por los demás o usted, nada, más de lo mismo.
Ahora la cuenta va de “likes”, los que seamos capaz de sumar para que la parte digital del corazón se alimente y seguramente la parte digital del cerebro se tranquilice. El problema va si se está cazando un determinado “like”, entonces los digitales del corazón y el cerebro se adentran en una pelea apoteósica para justificar, silenciar o distraer aquella extraña situación donde un “like” no aparece ni lo hará.
La verdad es triste que estemos tan “cercanos” pero en aquello de sentir estemos absolutamente alejados. Ahora no llevamos cuentas de abrazos o de afectos, son cuentas de “likes”. Tras una buena cantidad de aquellos entonces usted se convertirá en alguien popular o como les llaman ahora influenciadores, a partir de ahí se llenará su ego de “likes”, pero tendrá que cavar profundo para encontrar los verdaderos te quiero.
El miedo sigue reinando y ha encontrado en la tecnología o en la era digital, su mejor aliado. Publique, escóndase, sume “likes” y por ahí encontrará algún te quiero.
En las redes encontrará muchos gurús que le dirán qué hacer y cómo hacer, peor aún, encontrará quienes les digan qué sentir y cómo sentirlo. Mi humilde sugerencia: Aléjese. Y aléjese de la parte digital del cerebro y del corazón. Ahí, siga las señales, son suyas, es su vida, un día menos.
Gracias por vuestro tiempo, por vuestros likes, por vuestros te quiero. Desde acá el gusto de verles por ahí y el sentimiento de saber que son parte de la vida... ¡Pura Vida! ¡Próxima estAción esperanZa!
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